Pienso que hay cosas que uno no puede hacer solo, discutir, subirse y sujetar una escalera a la vez, o doblar una sábana de esas de cama de matrimonio… toda mi vida he pensado que lo ideal era vivir en pareja, por muy extraña que fuera. De hecho, hay parejas que se acaban convirtiendo en tríos, parejas que se van quedando sin pareja porque no se puede evitar el miedo a no estar a la altura. Hay parejas que son imposibles por definición, por historia y por física, aunque no por química… O parejas en las que la química se ha ido gastando aunque sigan compartiendo una familia, familias donde en algún momento hubo una pareja. Parejas que fueron en algún momento y ya no son nada…
…Y eso es lo que más miedo da en la vida, cuando la pareja se rompe, sea por lo que sea la primera sensación que se tiene es de pánico, un miedo atroz al cambio, a la pérdida de control sobre nuestras vidas, un miedo atroz a estar solo. Pero cuando se llega a esa soledad, uno se da cuenta de que la ruptura puede llevarnos a un lugar mejor.
El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una. Pero aunque se parezcan, los miedos son tan personales y diferentes como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como el desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a convivir. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que somos y queremos ser.
Hay miedos que nos va dejando la conciencia, miedo a ser culpables de lo que les puede pasar a los demás. Y también hay miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido, como el miedo a la muerte, a que alguien que queremos desaparezca.
Hoy he logrado entender que la felicidad es la ausencia del miedo… Entonces, me he dado cuenta de que últimamente, el miedo ya no me pertenece, ha desaparecido como toda esa ropa que un día dejamos de usar. Y esto no ocurre cuando uno decide, no! Simplemente ocurre de pronto, un día cualquiera sin más.
Nos empeñamos en buscar la felicidad cada día, y no nos damos cuenta que es ella quien tienes que encontrarnos a nosotros, y eso será donde menos te lo esperas… en el instituto, en el supermercado, en mitad de un viaje... y cuando llega, descubres que ahí no acaba todo, que el final de un camino solo conlleva al comienzo de otro, y lo único importante es la persona que eliges para que camine a tu lado. Esconderse es lo que menos te importa… lo que te importa es que estás tocando con la yema de los dedos eso que has estado soñando toda tu vida. Y ya solo importa el hoy, el presente y, lo que queda por venir.
¿Sabes? Ya sé porque te quiero. Te quiero porque haces las cosas fáciles. Porque si tuviera que elegir un sitio para vivir, sin pensarlo dos veces elegiría tu cuarto… porque metida en tu cama, el mundo es tan pequeño que parece que no puede pasar nada más. Y no me hace falta que pase nada más si estoy contigo.