martes, 27 de noviembre de 2012

Después de amar



Bésame después de amar, en el cuándo que susurra desnudo en las pasiones calmadas, en el siempre que late perpetuo engendrado en nosotros. Ponte el alma en los labios y clava un beso en los labios de mi alma. Hazme habitar en el confín de lo eterno, en el sentir imposible que se convierte en posible cuando se viven los sueños, cuando los recuerdos no existen, y cuando el tiempo muere de tiempo, porque el ahora nacido nace, cada vez más bello. 

Bésame después de amarme, en el silencio sincero que acaricia a las palabras calladas, en la mirada tatuada que brota de la piel de los adentros. Olvida y hazme olvidar lo que significa nunca, lo que significa olvido. Dame el cariño inocente del miedo de un primer beso, la pasión desenfrenada del deseo del siguiente y hasta el desgarro sincero que lleva el último de ellos. Quiero sentir todo y nada, quiero no echarte de menos.

Bésame después de amarme, y si después de hacerlo no sientes lo que yo siento, será que no me has amado, que solo hemos sido cuerpos.  






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